Durante nuestra experiencia con el uso terapéutico de la medicina
Ayahuaska hemos aprendido que en muchos casos esta medicina resulta
ser una utilísima herramienta para la exploración y conocimiento de
la propia naturaleza. Pero también hemos aprendido que para usar
esta herramienta con el propósito del conocimiento de la naturaleza,
es necesaria la ciencia, la cual permite ampliar nuestra conciencia,
es así que para profundizar nuestro autoconocimiento, es necesario
el conocimiento científico psicológico. Para profundizar en el
autoconocimiento no sólo es suficiente la buena voluntad o sólo
tener el deseo de hacerlo, sino que se necesita poseer un
conocimiento especializado. Por ejemplo para diseñar y construir un
edificio se requiere conocimientos de arquitectura e ingeniería. De
igual manera para el autoconocimiento se requiere un amplio estudio
de la psique humana.
El autoconocimiento es muy importante porque nos permite acercarnos
al estrato fundamental, al núcleo esencial del ser humano en el cual
moran los instintos y radican los factores dinámicos preexistentes
que determinan las decisiones éticas de nuestra conciencia. El
autoconocimiento es lograr el mayor conocimiento posible de la
totalidad del individuo, lograr que el hombre pueda saber claramente
cuál es su capacidad para ejercer el bien y saber también cuántas
maldades o atrocidadez es capaz de realizar.
El autoconocimiento permite el desarrollo o crecimiento psicológico
del individuo, el cual le permite tener la capacidad de
auto-observación y saber que dentro de cada uno existen algunas
zonas oscuras y otras luminosas o la razón y la irracionalidad; Sin
embargo es importante indicar que este proceso de desarrollo es un
fenómeno que para que tenga una satisfactoria evolución, debe
producirse espontáneamente. En realidad este proceso tiene dos
aspectos, por un lado es un fenómeno que se produce en el interior
del individuo, de manera subjetiva y es de integración; pero por el
otro lado, también es esencialmente un fenómeno de relación
objetiva, y lo cierto es que el uno no puede existir sin el otro,
sea el uno o el otro el que más se destaca. La totalidad no
constituye un estado perfecto, sino una integridad.
El objetivo de este proceso es la conciencialización, es decir el
lograr volver concientes los contenidos hasta entonces proyectados.
A través de esta dedicación se logra poco a poco, el conocimiento de
los otros hombres, así como el de sí mismo y de esta manera se logra
la diferenciación entre aquello que uno es realmente y aquello que
en él se proyecta o lo que uno cree de sí mismo en las fantasías.
Debe tenerse claro que este proceso es originado por la naturaleza
y que es un impulso que puede conducir hacia una más amplia y más
vasta conciencia y para este fin el hombre ha de estar a su servicio
voluntariamente. Lo que finalmente implica este proceso es la unión
de la conciencia o de la personalidad yoica con las
personificaciones de lo inconsciente y de ahí resulta una nueva
personalidad que en definitiva no es un tercero, sino que es los dos
juntos. De acuerdo a la psicología Analítica de Jung, esta nueva
personalidad es designada por el concepto del Sí-Mismo. Para la
comprensión de este concepto es útil realizar un paralelo con la
existencia personal y cósmica de la fenomenología del Atman-Hindú.
El Sí-Mismo es al mismo tiempo subjetivo y objetivo, es yo y no yo,
es individual y colectivo. Es un concepto que sólo puede ser
expresado mediante figuras simbólicas e indica la unión de los
opuestos como un "símbolo unificador". Estas figuras simbólicas
surgen de manera empírica durante los sueños, las fantasías
espontáneas, y las visiones producidas por el uso de enteógenos,
están relacionadas con los temas de naturaleza mandálica y se hacen
visibles en los dibujos y pinturas de quienes viven la experiencia.
Es importante que este proceso se produzca de manera espontánea y
uno no debe nunca impulsar a nadie a atravezarlo; ya que la inicial
correspondencia psíquica es un oscuro estado de desorientación, se
atravieza una disolución de la conciencia y existe una analogía con
el estado esquizofrénico. Esta disolución suele durar mucho tiempo y
junto a ella se experimeta una constante desorientación de la
conciencia. Es por eso que durante esta conciencialización de lo
inconsciente colectivo, del no-yo psíquico, se corre el gran peligro
de aguzarse psicosis latentes. La disolución y desorientación lleva
consigo un estado en donde se pierde el control y se produce una
libre impulsividad, un estado sin alma donde predominan los afectos
y fantasías de diversos tipos.
El objetivo de la terapéutica con enteógenos, para nosotros
especialmente con Ayahuaska y San Pedro, en estos casos y en este
sentido, es el fortalecimiento de la conciencia. Nosotros
normalmente estimulamos a las personas hacia una actividad
espiritual y hacia una dominación comprensiva de la masa confusa de
su espíritu. Hemos observado que a través de esta comprensión va
quedando integrado lo inconsciente y poco a poco aparece un nuevo
punto de vista más elevado que sustituye tanto al conciente como al
inconsciente. El estado inconsciente alcanza un punto crítico de
máxima profundidad, un estado de negrura que es seguido por una
iluminación desde arriba (POST TENEBRAS LUX), gracias a esta luz se
va comprendiendo cuál era el verdadero sentido de la unión de los
opuestos.
Por lo tanto, este proceso de autoconocimiento y de crecimiento
psicológico se trata de una modificación del sentimiento interno, el
nacimiento de un nuevo sentimiento dentro de nosotros mismos, una
experiencia psíquica del nacimiento de una esencia espiritual
superior en figura humana que se produce invisiblemente en el
individuo, es como un sentimiento de ser sustituido, pero no
destituido. Es como si todos los asuntos de la vida comenzaran a ser
conducidos por un lugar central invisible. Es un fenómeno de
desligamiento de la conciencia gracias al cual se pasa de
experimentar un "Yo vivo" subjetivo a un objetivo "me vive", tal
como es expresado mediante el lenguaje religioso cristiano: "Ahora
yo no vivo, sino Cristo vive en mí". Este nuevo estado es
experimentado como más elevado que el anterior, como si uno quedase
realmente liberado de las compulsiones. En suma, es un sentimiento
de reconciliación con lo que acontece en general.
En la práctica médica creemos que lo importante es el resultado de
curación. Hay diferentes tradiciones médicas en diferentes culturas
del mundo; por ejemplo la medicina ayurvédica o la medicina
tradicional China, también la medicina tradicional andina. No
creemos que la existencia de estas prácticas médicas descalifiquen
el uso de la medicina occidental, sino que se trata simplemente de
culturas diversas, cosmovisiones distintas, presupuestos diferentes.
En la cultura andina y en la cultura amazónica la función del uso de
plantas maestras, aún en la actualidad, es para que el médico
curandero pueda diágnosticar y dar el tratamiento adecuado a cada
mal. Pensamos que existe la posibilidad de la búsqueda de una
medicina holística, es decir una práctica médica que sea capaz de
integrar medicina de las diferentes culturas del mundo. Por otro
lado no decimos que el estudio científico de las funciones
biológicas descalifique el estudio del alma humana, al contrario,
pensamos que para el conocimiento del hombre son necesarios ambos
estudios.Una persona normal vive todo el tiempo con su cuerpo, sin
embargo para saber cómo es que éste opera, por ejemplo su
respiración, es necesario realizar estudios científicos de cómo
funciona el sistema respiratorio, digamos qué organos intervienen en
éste. De igual modo el hombre vive con su alma pero para conocer
cómo ésta se manifiesta y cómo opera, es necesario realizar estudios
con respecto a ella.
Llegando a este punto es importante indicar que el alma no es una
consecuencia de procesos fisiológicos, específicamente del sistema
neurológico, sin embargo es importante indicar que el alma
transcurre en el tiempo a través del sustrato organico, de la
herencia biológica de millones de años de evolución. El alma
comprende un extenso dominio de fenómenos psíquicos concientes e
inconcientes y es suprapersonal. El alma se manifiesta en el
individuo y también colectivamente. El alma en esencia es un poder
autónomo del inconsciente que traspasa la voluntad consciente del
individuo. El alma es un factor humano. Cuando hablamos del alma no
nos referimos a un propósito conceptual filosófico comprensivo de
una substancia individual metafísica, sino nos referimos a una
concepción fenomenológica del alma. El alma se manifiesta a través
de imágenes nemónicas, por ejemplo en los sueños o en las visiones.
Estas imágenes no pertenecen a la historia personal fisiológica de
un individuo, sino que son parte de la humanidad en general. Por
ejemplo una visión de una pirámide transparente en cuyo centro hay
una luz radiante y de donde proviene una voz de naturaleza divina. O
imágenes y voces de seres demoníacos en medio de paisajes infernales
de fuego, ¿cómo pueden estas visiones ser explicadas o interpretadas
por el funcionamiento neurofisiológico? Se puede explicar o
interpretar el por qué de la existencia de las imágenes, pero no su
naturaleza, su esencia ni su función. El conocimiento y la
compresión del alma es lo que permite brindar un tratamiento
terapéutico, por ejemplo cómo sacar a un ser humano de su sensación
de vivir en un estado de confusiön y oscuridad. El objetivo de la
medicina es curar al hombre tanto física como espiritualmente.
Desde nuestra perspectiva, uno de los objetivos de usar plantas
maestras como instrumento para el autoconocimiento y el crecimiento
interior, es llegar a la disolución del ego. Los entéogenos nos dan
la posibilidad de autoobservarnos, mirarnos a nosotros mismos y así
tener la capacidad de separarnos de nuestros falsos yo o egos. Un
peligro del uso irresponsable de los entéogenos es que éstos abren
las puertas a poderosas fuerzas ocultas del inconsciente colectivo
que pueden inundar el yo consciente y tenerlo bajo su poder, dando
como resultado una inflación de la personalidad que se manifiesta
como egolatría, mitomanía o megalomanía. En la filosofía oriental
desde miles de años atrás han existido técnicas para evitar esta
inflación de la personalidad como la meditación yoga o la búsqueda
del sendero intermedio en el taoismo. Es por ello que en el uso
ancestral de la Ayahuaska es muy importante los ICAROS empleados por
el maestro curandero que justamente sirven como mapa para no
extraviarse en las imágenes arquetípicas que se viven durante el
estado modificado de consciencia. Creemos que los entéogenos son
medicinas y como toda medicina, éstas deben ser administradas por un
médico o un especialista en la materia..
(Reproducido con el permiso de Erik Hendrick Carpio, director del
proyecto Sapan Inka,
Cusco, Perú) |