PSILOCYBE: EL HONGO MÁGICO

    Hace sólo cuarenta años que el psílocybe fue "rescatado" por la ciencia occidental, aunque su uso místico se viene practicando en diversas regiones del mundo durante milenios. En la península ibérica existen varias especies de psílocybe que merecen ser rescatadas también.

Iñigo Perellada

Este artículo se publicó en la revista Cáñamo. Ha sido reproducido con el permiso del autor

    "Cualquier buen cazador de setas practica unas reglas básicas. La primera de ellas, saber que está de caza. Las setas y hongos no se dejan coger a la ligera, no va uno allí y simplemente las recoge, como si fueran manzanas. Al igual que el hurón y la liebre, las setas tienen agudas orejas, son muy huidizas y se esconden si oyen ruido. Su forma de esconderse es enterrarse o hacerse invisibles. Una vez localizadas, las setas se cazan a cesta y cuchillo.
    Antes de enprender la cacería, conviene encomendarse a alguna deidad local. Un árbol centenario, una vieja raíz, una gran piedra en mitad de un prado. En la dehesa en la que pazo a veces, suelo encomendarme a un dios de piedra con forma de champiñón. Lo abrazo y, cuando me alejo dos pasos, una boñiga de vaca exhibe tres parejas enormes de peneolus: ‘La caza será buena’".

Cristobal Cobos (Manual de un buen cazador de setas mágicas; en Visionarios, primer monográfico de la publicación El Anarca)

Psilocybe semilanceata

Psilocybe semilanceata

Psilocybe semilanceata

Psilocybe semilanceata

    El 29 de junio de 1955, en las cercanías de Huautla de Jiménez (México), R. Gordon Wasson y su fotógrafo Allan Richardson fueron invitados por una chamán mazateca, María Sabina, a una "velada" donde serían iniciados en el uso de los hongos visionarios. El conocimiento de este tipo de hongos fue rescatado del olvido gracias a los esfuerzos combinados de un grupo de pioneros, encabezado por el propio Wasson y su esposa Valentina, el botánico Richard Evans Schultes y el etnobotánico Blas Pablo Reko. En 1957, el micólogo francés Roger Heim, colaborador y amigo de Wasson, logró cultivar con éxito ejemplares de psilocybe mexicana en su laboratorio, y una parte de los mismos fue enviada al genial Albert Hofmann, quien en un breve espacio de tiempo logró aislar y sintetizar los alcaloides indólicos psilocibina y psilocina, responsables de los efectos psicoactivos de los hongos mexicanos. La publicación en la revista Life, el 13 de mayo de 1957, del artículo de R. Gordon Wasson titulado "En busca del hongo mágico", trajo como consecuencia un creciente interés por los hongos visionarios y la expansión del uso de los mismos en la sociedad occidental.

    Una segunda generación de etnomicólogos entre los que destacan Jonathan Ott, Jeremy Bigwood, Terence McKenna, Andrew Weill, Jochen Gartz, Giorgio Samorini y Paul Stamets recogieron el testigo dejado por Wasson y empezaron a desentrañar el misterio que aún rodeaba a los hongos alucinógenos. El desarrollo de las investigaciones en este campo permitió constatar la presencia de hongos psilocíbicos en prácticamente todas las regiones del mundo. El uso de los mismos a lo largo de la historia se ha revelado evidente tras el descubrimiento de motivos artísticos que señalan la presencia de un uso de estos hongos en culturas de diferente tiempo y lugar: Tassili (Argelia), Kerala (India) y la Europa Medieval. Nos encontramos sin duda ante una de las sustancias visionarias que más ha influido en la cultura humana, y responsable -para algunosde la génesis de las religiones.

  
    LOS COMPONENTES "MÁGICOS"

    La psilocina (4 - hidroxi - N, N - dimetiltriptamina) y la psilocibina (4 - fosforiloxi - N, N - dimetiltriptamina) fueron consideradas las sustancias únicas causantes de la embriaguez fúngica, hasta que en 1968 se aislaron dos análogos de la psilocibina, la bacocistina y la norbaeocistina, con propiedades similares a las anteriores. Un nuevo alcaloide, la aeruginascina, ha sido hallado recientemente por Jochen Gartz a partir del Inocybe aeruginascens y es responsable, según este investigador, de un aumento de los efectos eufóricos. Aproximadamente un centenar de especies de hongos contienen este tipo de sustancias, con lo que se puede decir, como señala ionathan Ott, que se trata de las toxinas más extendidas en el mundo fúngico. El por distintos ejemplares de hongos es muy variable, dependiendo fundamentalmente de la especie de que se trate y de las condiciones particulares en las que se desarrolló (substrato, temperatura, etc.). En ocasiones, se observan variaciones de contenido en alcaloides muy elevadas, incluso dentro de ejemplares de la misma especie que han crecido en las mismas condiciones ambientales.

    La dosis umbral de psilocibina oscila entre 2 y 4 miligramos, por encima de 5 miligramos se considera que comienzan los efectos enteogénicos, y a pesar de que la dosis máxima segura se ha establecido en 150 miligramos, dosis superiores a 50 miligramos no se consideran recomendables. Para algunos autores, una medida adecuada se situaría en torno a unos 0,25 miligramos por kilogramo. Estas consideraciones son de escaso valor para el usuario medio, que incapaz de obtener la psilocibina y sus análogos de forma sintética, se ve obligado a consumir en ocasiones hongos de dudosa procedencia. Las condiciones de almacenamiento influyen notablemente en la potencia de los hongos, sobre todo en aquellos donde la psilocina aparece como principal alcaloide; el Psllocybe cubensis, probablemente el hongo psicoactivo más cultivado del mundo, es un ejemplo de esto último.
  

Molécula de psilocina
Psilocina
Psilocibina
Pilocibina
Norbaeocistina
Norbaeocistina
Baeocistina
Baeocistina

 

    Psilocibe semilanceata

    Los efectos farmacológicos comienzan al transformarse por desfosforilización la psilocibina en psilocina durantie la digestión. Pasados unos 30 o 45 minutos desde la ingestión (la masticación prolongada puede acortar este periodo de tiempo), se observa un aumento de la temperatura corporal, enrojecimiento cutáneo, alteraciones visuales y auditivas, sinestesias y, en general, efectos similares a los producidos por el LSD o la mescalina. La duración de la experiencia es de unas 3 a 6 horas, y la ingestión de dosis altas suele producir un aumento en la intensidad de la experiencia en lugar de prolongarla. A pesar de que muchos consumidores consideran a estas sustancias más "cálidas" que el LSD, es necesario recordar que el consumo de dosis elevadas puede llegar a desconcertar al usuario no preparado.

    Las propiedades farmacológicas de la psilocibina no pasaron desapercibidas para un sector de psicoterapeutas que, en la década de los sesenta, escogieron esta sustancia frente al LSD debido a su baja toxicidad, la menor duración de sus efectos y una mayor facilidad en la dosificación. Investigadores como H. Leuner y M. Hausner utilizaron la psilocibina en el tratamiento de la neurosis y otros desordenes mentales. Tras la síntesis de la psilocibina, un ayudante de Albert Hofmann, F. Troxler, descubrió en 1959, el Visken, un agente hipotensor desarrollado a partir de ésta. La situación legal de estas sustancias ha impedido el desarrollo de nuevas investigaciones y sólo en contadas excepciones se ha autorizado el uso de este tipo de sustancias como ocurrio en Suiza durante los años 1988-1993.

Psilocybe semilanceata
Psilocybe semilanceata
(Foto: Paul Stamets;
Libro: Psilocybin mushrooms of the world)

 

    LOS HONGOS PSILOCÍBICOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

    El número de especies en la Península Ibérica que contienen psilocibina y análogos es bastante superior a lo que se supone; sin embargo solamente algunas de ellas poseen un porcentaje adecuado de alcaloides y la identificación de las mismas no es una tarea fácil.
    Este tipo de hongos han colonizado los más diversos hábitats, a pesar de ello las zonas húmedas del norte del país son las más apropiadas a la hora de encontrar estas especies. Elaborar una lista de las especies existentes es una tarea compleja, y con toda seguridad especies europeas no citadas en la península serían localizadas tras una exhaustiva búsqueda. Despreciadas por los micólogos debido a su nulo valor gastronómico y su pequeño porte, y no pocas veces citadas como especies tóxicas y peligrosas, cabe destacar las siguientes especies indicadas en la siguiente tabla.

Especie Potencia Frecuencia Hábitat
Panaeolus cyanenscens alta (1) coprófila
Panaeolus fímicola mínima o nula escasa coprófila
Panaeolus foenisecci mínima o nula abundante subcoprófila
Panaeolus sphinctrinus (2) mínima o nula muy abundante coprófila
Panaeolus subbalteatus (3) moderada común coprófila
Psilocybe caerulea desconocida común jardines/pastos
Psilocybe coprophila mínima o nula muy abundante coprófila
Psilocybe crobula (4) desconocida escasa detritus caducifolias
Psilocybe cyanescens alta (5) detritus caducifolias
Psilocybe inquilina mínima o nula escasa raíces de gramíneas
Psilocybe luteonitens desconocida común coprófila
Psilocybe montana mínima o nula abundante zonas de musgo
Psilocybe semilanceata (6) muy alta muy abundante pastizales/prados
Psilocybe strictipes alta común pastizales/prados
lnocybe aeru!ginascens moderada escasa chopos, sauces
Pluteus salicinus moderada común detritus caducifolias

NOTAS

  1. Una sola cita en España, probablemente se trate de un ejemplar cuyas esporas llegaron casualmente de zonas más cálidas.
  2. Considerado como un clásico entre los hongos psilocíbicos, posteriores análisis revelaron la escasa o nula presencia de psilocibina y análogos.
  3. No recomendable según algunos autores.
  4. Especie de aspecto similar a la mortal Galerina y de fácil confusión.
  5. Citado por Kriegisteiner en España. Posiblemente más abundante de lo que se supone.
  6. Probablemente el de más amplia distribución alrededor del mundo y el más común entre los aquí señalados.


Página Botánica