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Hola, escribo desde chile y me gustaría compartir mi ultima experiencia con un cactus San Pedro en la cual tuve un mal viaje por haber tomado mucho. Creo que es interesante porque no hay muchos relatos de malos viajes por San Pedro así que este puede servir al menos de advertencia. Saludos (4/6/05) Antes que nada mi intención con este relato no es asustar a nadie, sino resaltar el cuidado que se debe tener al consumir estas sustancias, especialmente si no se conoce la dosificación correcta, ya que una sobredosis es desagradable para la persona y para todo el grupo, echa a perder lo que podría ser una muy buena experiencia. Esto ocurrió cuando yo y mis primos no teníamos mas de 20 años. Un día decidimos cortar el San Pedro que ya estaba bastante grande e ir a tomarlo a la playa. Ninguno de nosotros había hecho esto antes, pero conocíamos las precauciones, la preparación y por sobre de todo la dosificación ESPECIFICA DE ESE San Pedro (familiares nos habían contado algo al respecto). Entonces nos embarcamos con una dosis media de 20 centímetros de cactus para cada uno; éramos cuatro así que cortamos 80 cms. Luego de la cocción cometimos el error de echarle mucha agua, por lo cual nos quedo un litro y medio del bebedizo más asqueroso que he probado en mi vida. Y con eso nos embarcamos a una linda playa que hay en Chile llamada Quintay. Instalamos las carpas al lado de un playa rocosa y cuya arena era mas bien piedrecillas y ahí nos dispusimos a tomar el cactus. Eran como las 3 de la tarde y solo habíamos desayunado algo ligero, por que seguramente íbamos a vomitar la asquerosidad. Así que una vez terminado el campamento, tomamos el San Pedro en una sola taza. Es mas recomendable que cada uno tenga su propia taza para de esa manera saber cuando tomo efectivamente y en este caso hubiese sido lo recomendable, porque a mis primos les causo tanto asco el cocido que no pudieron tomar mucho; yo estaba mas inspirado en ese momento así que tome mis sorbos rápidamente hasta que quedaba el ultimo y ya no podíamos más, lo tiramos. Lamentablemente yo tome parte de la dosis que correspondía de mis primos, por lo cual ellos tuvieron una experiencia ligera y agradable, pero a mi se me safó un tornillo. Luego de tomar la asquerosidad estuvimos con arcadas durante varios minutos hasta que todos comenzamos a vomitar; sólo entonces nos sentimos mejor, pero yo no mucho porque quedé con una acidez espantosa. Pasaron un par de minutos y comencé a ver anémonas de todos colores cuando cerraba los ojos, pero también a sentir mucho cansancio, como si tuviera fiebre. Comprendí entonces que lo único que deseaba era ir a la carpa a tenderme un rato. Cuando entré noté que el palo que afirmaba la cortina de la entrada no existía; había desaparecido como si hubiese sido recortado de un papel, y ahora solo era una silueta blanca. En fin, no puse mas interés en el asunto por que ahora realmente estaba cansado y la sensibilidad en mi cuerpo aumentaba (y con ello mi acidez estomacal). Me sentía efectivamente como si tuviera fiebre. En el instante que me tire al saco de dormir comencé a ver las cosas con "delay" y dentro de la carpa se lleno de anémonas con tentáculos de todos colores, y que después se desfiguraban convirtiéndose en otras cosas, como un caleidoscopio pero de movimiento completo. Comenzaron a aparecer figuras tribales que mutaban en mandalas de perfecta simetría. Olvide completamente que estaba en una carpa hasta que miro por la entrada y veo a mi primo rodeado de auras de todos colores mirándome y preguntando si estaba bien. Traté de responderle pero no pude encontrar las palabras para hacerlo, y solo le pude responder conceptos sueltos: "No", "mal", "colores", "locura". Me habría gustado tanto decirles todo lo que me estaba pasando pero no me podía comunicar. Entonces ahí empecé a sentirme realmente mal por que me dolía la cabeza, el malestar estomacal me estaba matando y por sobre todo el hecho de que el peyote se me metiera en la cabeza totalmente; puso imágenes circenses en mi mente, que interpreté como una burla maliciosa por parte de la mescalina, y no me dejaba pensar en otra cosa, no podía decidir ni siquiera en que pensar. Me desesperé completamente y me traté de refugiar en mi saco de dormir pero era inútil, el peyote estaba dentro de mi. Con esto finalmente puedo decir que entiendo lo que es la "locura" verdadera, ahora se que sienten los tipos amarrados a una camisa de fuerza en una pieza acolchada gritando que el fin esta cerca. Ahora entiendo por fin a que se referían los pink floyd con Brain Damage. Fue tanto así que por un momento temí quedar en ese estado permanentemente (ante lo cual sin duda me hubiese suicidado). Debe haber pasado como una hora en la que estuve revolcándome en la carpa y gritando como loco (porque estaba loco) hasta que los efectos disminuyeron. Olvidé lo mal que lo había pasado y me decidí a salir de la carpa; aún estaba muy cansado, pero quería intentar disfrutar la experiencia. Lo primero que encuentro al salir es que todas las piedrecillas ahora eran pequeños caracolitos de mar que movían sus pequeños ojitos para todos lados. Mis primos decidieron ir a dar un paseo por la playa, así que mi misión era buscar mis zapatillas que estaban entre todo el desorden. Nunca dimos el paseo. Me fue imposible buscar porque cada vez que miraba algo, cambiaba todo, mi estado de ánimo, mis prioridades, mis sensaciones de alegría o tristeza, calor o frío. Era como un mundo nuevo en cada cosa que miraba. Mis primos me apuraban para que buscara mis zapatillas y nos fuéramos, pero la verdad es que yo no quería ir, aún estaba cansado y temía desplomarme en mitad del trayecto. En ese momento ocurrió algo generalizado en nosotros cuatro. Nos pusimos a hablar mal, conversar pero cambiando el tema cada 5 segundos; tratábamos de decirnos cosas pero perdíamos constantemente el hilo y sin darnos cuanta estábamos hablando cosas completamente incoherentes. Recuerdo a mi primo más chico al lado mío hablando como un tartamudo a una velocidad increíble de puras palabras sin relación alguna entre ellas, y cuando me dispongo a callarlo, veo su cara que se había desfigurado totalmente; tenía cara de auto, como de hiunday accent, con un solo ojo blanco, el también vio mi cara desfigurada y se cago de la risa. Y así todos. En ese momento comenzamos a alucinar cosas en la playa, y a gritar y a reírnos mucho. Fue el mejor momento, pero yo duré poco, porque luego de eso me dormí y empezó mi viaje verdadero.... Perdí la conciencia cuando mis primos corrieron a cambiar la carpa de lugar por que decían que venia un tormenta de olas gigantes que se la llevaría. Simplemente estaba subiendo la marea, pero esto fue suficiente para asustarlos. Todo lo que paso después para mi fue un sueño, lo vivi como si estuviera soñando, y de hecho creí que había sido un sueño hasta que al día siguiente me contaron la verdad. Y como todo sueño, no recordaba totalmente mi vida de lucidez y pasaba por varias etapas distintas, que no tienen relación entre si, pero sin embargo las cosas que sentí fueron muy reales, por lo cual aún las recuerdo. Hay que tener en cuenta que el sujeto en sueño toma muy en serio lo que sueña, sin siquiera cuestionarse la veracidad de las cosas que ve. 1) Estaba yo tirado afuera de la carpa al atardecer, todo mojado y todo el campamento había sido arrasado por una ola gigante, sentí la espuma en mi cara y como las olas me arrastraban hasta la muerte en el mar. 2) Mis primos hablaban no se de qué, asumo que yo estaba acostado porque los veía desde abajo, y reconozco una escena que me pareció haber vivido antes (deja-vu). Me asuste, luego reconocí otra escena, y otra, y otra, una serie de deja-vu. Me auto-convencí de que era un sueño que alguna vez tuve el cual describía el fin de la vida, porque en cada escena era más de noche, entonces imaginé que cuando cayera el sol, acabarían nuestras vidas por que estábamos todos envenenados con peyote, y este nos iba a volver locos hasta matarnos. En la ultima escena (que gracias a un deja vu excesivamente largo reconocí como mi muerte) yo estaba tirado en la playa, el sol ya se había escondido y se avecinaba la oscuridad, oí a uno de mis primos decir que nuestro campamente había fracasado, entonces lo atribuí a mis temores sobre el envenenamiento y acepté mi muerte que se aproximaba. Conforme llegó la noche comencé a sentir los primeros síntomas de mi inminente muerte por envenenamiento, me volvió la locura y ¡empecé a olvidar mi vida!, tal cual, se me olvidaron todos mis recuerdos y en un momento sólo recordaba que estaba en la playa pero olvidé quien era yo, no sabía que quería, tenía frío, después calor, quería pararme, pero me cansaba de inmediato y volvía al suelo, quería recuperar mis recuerdos, pero no se podía. Y finalmente perdí conexión con mis sentidos, deje de estar en la playa, ahora estaba en el espacio, no recordaba nada, solo veía mosaicos oscuros por todos lados, sentí que caía y no paraba de caer nunca.... 3) Mis primos me decían que no me moviera, a modo de no escapar de lo inminente, que lo aceptara, que me quedara tranquilo. Yo no podía quedarme tranquilo; la profecía se había cumplido y la tormenta había destruido nuestro campamento y pronto se abalanzaría sobre nosotros para darnos fin, era inminente. Yo no quería que todo acabara de esa manera así que les dije que estaban locos por que era una locura quedarse a esperar que el mar nos matara, y ellos solo me dijeron que no había nada que hacer, que me durmiera. Ya escuchaba como el mar se acercaba. Corrí gritando que en quintay residía la maldad, me atajaron. 4) Salí de la carpa corriendo hacia las colinas, estaba todo oscuro, pero yo sentía que era la única forma de escapar de la maldad. Pero me tropecé y caí. La caída no me dolió a pesar de que estaba sobre unas rocas. 5) Lo ultimo que me dijeron fue: "¡ya duérmete, culiao!" Al otro día amanecí con un diente suelto y con una pierna hinchada. Estaba tan cansado que dormí todo el día. Contando nuestras experiencias pude averiguar que todo el sueño no era tal y la manera en que mi locura no permitió que los demás disfrutaran plenamente la experiencia. Fue realmente lamentable, pero al menos me sirvió para darse cuenta de que realmente le temo a la muerte. Moraleja: Dosificar bien!!!!
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