Hola nuevamente,
Pensándolo bien, me he animado a contarles mi experiencia que tuve con
el Sanpedro el día domingo. No seré muy extenso; porque la verdad es que esta
experiencia ha sido un asunto profundamente personal, un viaje a las zonas poco exploradas
de mi interior.
Yo preparé la poción de Pedro el día martes 12 en la noche y lo hice
con el propósito de realizar una incursión a una montaña en las cercanías de un pueblo
llamado Urubamba que sólo está a dos horas de la ciudad del Cusco, y es un precioso
lugar en medio del valle sagrado. La cosa es que al final no pude realizar el viaje,
debido a esas vicisitudes de la vida que siempre se presentan; pero en fin, me guardé un
poco de Pedro para saber que tan potente estaba la cosecha que había realizado.
El día domingo 17, es decir anteayer, decidí probar el Pedro, ya que
tenía temor en que se echase a perder, porque nunca antes yo había guardado el Pedro de
manera preparada, pero afortunadamente no le pasó nada malo. A las 2 y media de la tarde
decidí iniciar la ceremonia. Estaba solo en mi casa y todo estaba muy tranquilo. Cogí un
poco de agua florida y esparcí algunas gotas hacia los cuatro confines del mundo y con
otras cuantas gotas me froté en el entrecejo y en la frente. Serví un poco de Pedro y
antes de tomar, le ofrecí un chorro a la Pachamama.
Aproximadamente a la hora comenzaron las típicas sensaciones físicas
que produce la poción: una sensación de ligereza, las orejas calientes y mucha
sensación de relajación muscular. Me tendí sobre mi cama y me puse a escuchar música.
Todo estaba de puta madre, cada vez que cerraba los ojos: hartos colores. Pero de pronto
empezó algo muy extraño. Fue como si una enorme válvula, cerrada por años, hubiese
sido abierta en algún rincón de mi mente y súbitamente empezó a fluir una gran
corriente de emociones, pensamientos y sensaciones. Recuerdo que me pegué mucho a mi
estado de salud. Y en un momento determinado tuve la sensación de que alguien me había
herido en mi cuerpo etéreo y que esa herida estaba de alguna manera manifestada en mi
cuerpo carnal y me di cuenta que ya desde hace varios días me jodían varias partes del
cuerpo. Cogí una pomada hecha a base de uña de gato (Uncaria Tomentosa) y
alcanfor y grasas y me la froté en las partes aparentemente afectadas. Y luego me dio
hambre; me preparé leche con pan integral y después de eso fue cuando llegó la enorme e
incontenible cascada de emociones fuertísimas; lloré como mierda, pero fue algo
totalmente curativo.
A las 6:30. Ya la cascada había disminuido y, al contrario, me sentía
inundado por una enorme energía interior. Sentía con claridad como un poder invisible
emanaba de mí. Nunca antes había estado en un estado como este en una ciudad. Fue muy
raro; pero para nada perjudicial. Luego me fui a Internet con el deseo de escribir algunas
líneas. Escribí incluso a la lista y luego a los amigos de Lima.
A las 9 pm regresé a mi casa y aún me sentía fuertemente
influenciado por la poción. Me puse a escuchar algo de música y me tendí en mi cama.
Hasta que a eso de las doce me quedé dormido.
Y así concluyo el día y la vida continúa.
Un fuerte abrazo para tod@s
Erik