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Para narrarles esta experiencia que tuve con el San Pedro me gustar�a remontarme a unos d�as antes de la toma de la poci�n.Era un mi�rcoles en v�speras de una luna llena. Ese d�a ya casi nos hab�amos puesto de acuerdo con unos amigos para realizar una excursi�n a un lugar llamado los bosques de Zarate. Tambi�n ese mismo d�a, en la ma�ana, estuve preparando una poci�n de maca. La maca, como ya les he comentado en alguna oportunidad, es el hipoc�lito de una planta que crece en las punas peruanas, es decir a unos 3,800 m.s.n.m. De acuerdo a estudios realizados por distintos investigadores y laboratorios, esta planta tiene propiedades vigorizantes, antistres, fertilizantes (en el hombre y animales) y es un potenciador de la libido. Adem�s hay escritos de antiguos cronistas, de los inicios del virreinato del Per�, que indican que en algunas ocasiones el uso de la Maca estaba ligado al uso del San Pedro, el cual se realizaba durante el Pagapu, lo cual es una costumbre tradicional que viene desde la �poca pre-inca, y es una ofrenda a la Pachamama o madre tierra, la que, como todos sabemos, es la que nos prodiga la materia para existir y el alimento para vivir d�a a d�a. Hice hervir la Maca durante 2 horas, la dej� remojando todo un d�a y despu�s la licu� y con ello result� un jugo de Maca, el cual guard� para el viaje que realizar�a el d�a viernes.
El jueves me puse a preparar el San Pedro. Us� un cactus que hab�a recolectado hace un mes, m�s o menos, con una longitud de 1.20 mt aproximadamente de Trichocereus Pachanoi. Ya hace varios d�as lo hab�a pelado y le hab�a extra�do la superficie verde para ponerla a secar y luego pulverizarla. Me qued� San Pedro pulverizado y lo puse a hervir durante dos horas y media aproximadamente, en 3 litros de agua m�s el jugo de medio kilo de limones (el lim�n peruano tiene la caracter�stica de ser muy �cido). Despu�s lo llev� todo a la licuadora y lo resultante lo guard� en un envase. La cocci�n la realic� en una olla de barro y me sali� 1 litro y medio de poci�n.
El d�a viernes por la ma�ana acord� por tel�fono encontrarme al medio d�a con dos amigos en un lugar llamado Chosica, que es el lugar de donde salen los microbuses que te llevan hasta un pueblo llamado San Bartolom�, el cual est� ubicado en la sierra de Lima a una hora de Chosica. Llegamos al pueblo a eso de las dos de la tarde y de ah� se tiene que realizar una caminata por las monta�as, la cual en total dura unas 6 horas a nuestro paso. La ascensi�n a la monta�a la realizamos en dos partes. Avanzamos hasta las 6 de la tarde y decidimos acampar a mitad de camino y ah� nos repartimos una comida ligera. No s� por qu� motivo precisamente yo me encontraba ese d�a con las v�as nasales totalmente congestionadas; creo que fui v�ctima de un resfr�o de or�genes psicosom�ticos, ya que, por lo que s�, no me encontraba con los s�ntomas del virus de la gripe, y no creo que yo tuviera una alergia, porque aquella molestia me dur� durante todo el viaje. Ese d�a no pude apreciar la belleza de la noche ni la majestuosidad de la luna llena. Permanec� en la carpa abrigado toda la noche.
Al d�a siguiente retomamos la ascensi�n hasta los bosques, me imagino que habremos llegado a eso de las once de la ma�ana. Ni bien llegamos, escogimos un lugar en donde armar la carpa y nos pusimos a descansar unos momentos para luego prepararnos una sopa ligera con verduras; comimos unos panes, conseguimos agua, dimos una caminata por el lugar, conseguimos algo de le�a y luego nos dispusimos a descansar.
A eso de las 6 de la tarde nos servimos una parte del San Pedro en tres vasos distintos, primero hicimos un brindis con la Pachamama, luego otro entre nosotros y bebimos poco a poco la poci�n y luego nos pusimos a encender la fogata. Los primeros efectos empezaron a percibirse m�s o menos a una hora de la toma. En los momentos siguientes nos dio ganas de comer un poco de higos secos y unas pecanas que hab�amos comprado en Chosica; estuvieron muy sabrosos y nos quedaron chicos; quedamos con la sensaci�n de querer comer m�s de ellos. Tambi�n tomamos un poco del jugo de Maca, al cual le hab�amos agregado, el d�a anterior, algo de miel de abeja.
Hab�amos llevado un peque�o radio cassette en donde escuchamos algunas cintas que tambi�n hab�amos llevado. La m�sica que nos acompa�� s�lo las dos primeras horas de la experiencia; algo de Pink Floyd, King Crimson, Jaivas y Wara.
Como las otras veces que he tomado San Pedro, inicialmente sent� una agradable sensaci�n de calor interno, mucha soltura y acercamiento a mis amigos. Unas horas despu�s, cuando ya hab�amos logrado encender bien nuestra fogata, calentamos un poco m�s de la poci�n y tomamos una segunda dosis, la cual dio la sensaci�n de intensificar r�pidamente los efectos de la primera. Despu�s de tomar el San Pedro un amigo y yo sentimos ligeras n�useas, pero luego desapareci� dicha sensaci�n.
Esta vez el Pedro actu� en m� de manera diferente a las anteriores veces que lo hab�a experimentado; podr�a decir que sent� con m�s intensidad sus efectos psicod�licos. La experiencia dur� unas 10 horas aproximadamente. Cuando ya est�bamos bien chumados, nos olvidamos de nuestra fogata, nos abrigamos un poco m�s y nos tumbamos en el suelo a conversar y contemplar la belleza nocturna del bosque, y tambi�n nos pusimos a contemplar las siluetas que se proyectaban gracias a la luz plateada proyectada por la luna a trav�s de las ramas de los �rboles.Nunca he probado mezcalina pura y no s� si alg�n d�a lo har�; pero personalmente considero que los efectos del San Pedro son muy particulares, al menos diferentes a los de los hongos psilosc�bicos y a los de la ayahuasca. Con el Pedro las ideas son muy claras, uno se olvida de las preocupaciones y se experimenta una sensaci�n de regocijo interior extremo. Aunque, como todo ente�geno, creo que los efectos interiores que produce el San Pedro, van a variar de acuerdo a cada persona y al contexto en el que se toman y a la dosis ingerida.
Mir�bamos c�mo la luna se mov�a poco a poco a trav�s del firmamento. Yo sent�a que mis sentidos estaban sumamente amplificados, mi visi�n era sumamente clara y n�tida y, en mi mente, las luces de las estrellas produc�an efectos de destellos y cuando cerraba mis ojos me sumerg�a en un mundo de maravillosas visones y figuras.
Record�bamos con alegr�a tiempos pasados y a los amigos que en ese momento no estaban con nosotros y tambi�n nos sent�amos algo afectados por la muerte de George Harrison. Las emociones internas eran muy fuertes y muy vivaces; pero me sent�a bien conmigo mismo.
Estuvimos recostados casi toda la noche hasta momentos cercanos al amanecer, en que decidimos entrar a la carpa. Los efectos del Pedro continuaron hasta que me dorm� acompa�ado por el cantar de las aves m�s madrugadoras.
Al d�a siguiente nos despertamos y en realidad la pasamos muy bien los tres: dimos una breve caminata, recogimos agua, preparamos la comida y nos pusimos a descansar hasta el atardecer en que decidimos emprender nuestro viaje de retorno a casa.
A�n ayer lunes me sent�a muy sensible y aturdido por lo grotesco y ca�tico de la ciudad lime�a y la mayor�a de sus habitantes. En la tarde prend� un tronchito, y me puse a realizar un autoanalisis de mi actual situaci�n y de lo que en breve tendr� que enfrentar.
Creo que poco a poco el San Pedro est� ense�ando a mi mente a usar los efectos que �l produce y la verdad es que estos me gustan mucho y me gustar�a compartirlos con m�s personas a las que yo conozca, por ejemplo con ustedes.
Eso es m�s o menos lo que puedo contarles acerca de mi experiencia con esta planta maestra que durante mucho tiempo viene siendo usada, como medicina tradicional, por los pobladores de estas partes del mundo. Termino esta narraci�n pidiendo, a todos los interesados en consumir esta planta, que cuando lo hagan, le tengan respeto y que la consuman en el momento en que realmente sientan que es el momento de hacerlo. Hasta pronto amig@s.
Erik