Dos experiencias de muerte-renacimiento

por Juan

Este relato son dos. El primero es una experiencia 'inesperada' de disolución y reconstrucción del ego durante una experiencia con cannabis. El segundo es un viaje con hongos de intensidad inesperada -como en el primer caso-; aquí no sólo el yo sino el universo adjunto también se disuelve y recrea. Estos relatos son interesantes para ilustrar las experiencias de muerte-renacimiento que pueden acontecer con el uso de enteógenos, como ha descrito en innumerables ocasiones Stanislav Grof
Molécula de psilocina Molécula de psilocina


    Primero, os voy a contar cómo volví a nacer hace un par de años: estaba yo por aquel entonces en un colegio mayor y llevaba una temporada un poco bajo de animo. Esa tarde (como casi todas) estaba en la habitación de un amigo fumando porros, escuchando música y charlando con la gentecilla, cuando sentí como un golpe en el centro de la frente (un golpe psíquico, no físico) que me hizo cerrar los ojos y caer de espaldas sobre la cama en la que estaba sentado. En ese momento me empezaron a asaltar millones de imágenes, sentimientos, sensaciones, etc... todas a la vez. Cuando ya creía que me iba a morir o a volver loco, el asedio cesó tan de golpe como había empezado, y mi mente y mi conciencia estaban totalmente limpias y en calma; me incorporé y miré a mi alrededor, mirándolo todo como si fuera la primera vez. Alguien dijo: "Mirad a Juan: parece un niño pequeño", y me di cuenta de que aquello había sido una catarsis y realmente había vuelto a nacer.

    La segunda experiencia fue el pasado viernes con hongos, y es bastante mas complicada de explicar con palabras: lo primero he de decir que cometí el gran error de comerme cuatro raciones creyendo que eran una y media o dos como mucho (desde luego es un error estúpido y peligroso tomar algo sin saber que dosis te estas tomando, un par de collejas para mi). La cosa empezó bien. Empecé a notar los primeros efectos al cabo de algo más de media hora de la ingesta (24:15h aprox); a partir de ahí todo fue subida ininterrumpida, empezaron las visiones caleidoscópicas con los ojos abiertos o cerrados, los cambios de la luz y los colores, la fluidez del entorno, etc... Al cabo de un rato empecé a notar una cierta intranquilidad, hasta que pense: "que carajo!, vamos a dejarnos llevar por los sueños" y esta parte me pareció una bonita frase y pense que debía escribirla para poder acordarme de ella. El proceso fue (o me pareció) largo y laborioso, pero al final resultó una pequeña y bonita obra de arte enteogénico ;) Después de esto me encerré en mi mente y todo fue muy confuso (el tiempo iba hacia adelante y hacia atrás arbitrariamente, no oía nada o casi nada ni me daba apenas cuenta de lo que ocurría a mi alrededor) hasta que, por alguna suerte de razonamiento cartesiano retorcido, llegue a la conclusión de que yo era dios y realmente me sentí lleno de energía, sabiduría y consciencia, y en comunión con el universo. A estas alturas hacia ya mucho rato que había dejado de tener cuerpo (a veces recordaba que lo tenia porque lo veía). Después del éxtasis de sentirme dios entré en un circulo vicioso en el que este hecho me aprecia cada vez mas terrible y estuve a punto de destruir el universo por error (lo cual hacía la situación mas terrible todavía, ya que si el universo se destruía no sabia que iba a ser de mi). Cuando logré más o menos detener este proceso autodestructivo que estuvo a punto de acabar con mi cordura ya era de día y estaba realmente asustado; por fin logré controlarme e ir a dormir... No se qué hora era pero ya era por la mañana. Como siempre pasa con los viajes de setas o LSD, es imposible contarlo todo y todo lo que os pueda decir es nada comparado con lo que se siente. Todavía esto algo impresionado por la experiencia y en proceso de integración.

    Juan G.
   

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