María Sabina

Oratorio dividido en 1 pregón
(que se repite) y 5 melopeas

Camilo Jose Cela

A los niños que fuman flores de magnolio,    
con fundada esperanza     

Though this be madness,   
yet there is method in it    
William Shakespeare    

          

   Presentamos a continuación varios fragmentos de una obra teatral de Camilo José Cela, María Sabina, inspirada en la celebrada mujer de conocimiento mazateca. Esta obra fue escrita en 1965 y publicada en 1967, durante la década del renacimiento del interés por los vegetales enteogénicos.

   Cela, que durante aquellos años residía años en Mallorca, posiblemente tuvo conocimiento de la figura de la chamán oaxaqueña por su proximidad de residencia con el poeta de origen irlandés Robert Graves, afincado en la isla de la calma desde forma permanente desde los años 40.

   Graves fue una fuente inagotable de información y sugerencias para el famoso etnomicólogo Robert Gordon Wasson y su esposa, Valentina Pavlovna, con quien mantenía correspondencia desde 1949 en relación al tema de los hongos. Graves, sólo para dar un ejemplo, ayudó a los Wasson a hallar el camino que les condujo al encuentro de María Sabina, indicándoles la existencia de un obscuro escrito del eminente etnobotánico Richard Evans Schultes sobre el culto de los hongos en el pueblo de Huautla de Jiménez.

   Un testimonio de este interés y conocimiento de Cela es la cita bibliográfica, que aparece al final de esta obra teatral, del libro Russia, Mushrooms & History, tratado que exponía las investigaciones micológicas de los Wasson y cuya segunda copia numerada había enviado Wasson a Graves (de un total de 512 ejemplares editados).

   Tuvimos conocimiento de esta obra por una mención en la lista de correo de Imaginaria de una página web que contenía fragmentos de la misma (puede visitarse en esta dirección). Inicialmente íbamos a copiarla tal cual, pero el eminente historiador Juan Carlos Usó Arnal, autor de los renombrados libros Drogas y cultura de masas, y Spanish trip, nos remitió una copia de la edición original, que nos permitió comprobar que la página web antes mencionada no contenía más que una versión reducida y un poco desmembrada de la obra inicial.

   Decidimos completar los versos que faltaban en el pregón inicial de la obra, así como las tres melopeas presentadas aquí, pero dejando sin transcribir la segunda y cuarta, para respetar hasta cierto punto y parcialmente el copyright de la obra y despertar un poco de interés al lector que juzgue interesante el texto (que puede adquirirse en España en el volumen pertinente de las obras completas de Cela, o en México como obra independiente).

   Primera edición de esta obra fue publicada en la revista "Papeles de Son Armadans", en diciembre de 1967. Se estrenó, con música de Leonardo Balada, en el Carnegie Hall, de Nueva York, el 17 de abril de 1970

 

Mª Sabina con R.G. Wasson
María Sabina con R.G. Wasson,
en Huautla de Jiménez

Cela con Robert Graves, en Mallorca
Robert Graves con C.J.
Cela, en Mallorca

Cela en su primer viaje a la Alcarria
C. J. Cela caminando por la Alcarria

C.J. Cela
Camilo José Cela

PREGÓN

Pregonero primero

En la serranía de Oaxaca
crece el hongo de fray Bernardino
Los indios le dicen nanacatlh
Y con él se emborrachan y cantan

Los herejes los sabios los brujos
Las leonadas galas del teyhninti
La sangre del dulce sacrificio
La sangre del ave de la selva

La sangre del Ometepec niño
Enfermo de amor y vanidad
La sangre de los guerreros muertos
En brazos de las sucias doncellas

Y la leche de las lobas madres
Adornando el cielo de cometas
Sobre los infinitos gusanos
Por encima de las ciertas flores

Pátzcuaro Patambán Taucitaro
Colima Nevado de Toluca
San Andrés Tuxtla Cofre Perote
Y de nuevo lombrices pacientes

Al cabo de cuatro siglos largos
Nació el ángel Maria Sabina
Que come teunanacatlh amargo
Y bebe ron y anís y agua clara

La condenaron a muerte en la horca
Y de nada valieron el llanto
De Valentina Pavlovna Wasson
Y el fantasma de Antonin Artaud

Pidiendo caridad al demonio
Clemencia a los ángeles ruinosos
Mil llamas al Popocatepetl
O el fin del mundo a los verdes dioses

La psilocybe mexicana Helm
Da la psilocibina lúcida
Y el fuego de los montes del fuego
Ardiendo dentro del corazón

He ahí la leña del Jorullo
La carne del festín que el demonio
Aviva con sus alas de raso
Con sus cuernos de humo y su rabo

Hecho de mil hebras finísimas
Que el señor de las moscas azules
De los escarabajos de oro
De plata de esmeraldas de cobre

De jade que el señor de los sapos
Azules y casi sosegados
Del hierro de substancia de orina
De la culebra atroz comestible

Se apiade de Maria Sabina
Y del corazón de sus verdugos
Sin nombre para poder decir
Desnudos alacranes hambrientos

Calvos de tiña mansa y de tiña
Brava y de astronomía ilegal
Amén y sobre las cien cabezas
Del cordero brille el relámpago

 

PRIMERA MELOPEA

Coro de vírgenes

El pueblo quiere ahorcar a María Sabina
El pueblo quiere ver cómo el verdugo que vino de la cuidad ahorca a María Sabina.
El pueblo quiere tirarle de los pies a María Sabina ahorcada
El pueblo quiere besar la falda de María Sabina.

María Sabina

Soy una mujer que llora
Soy una mujer que escupe
Soy la mujer que mea
Soy una mujer que ya no da leche
Soy una mujer que habla
Soy una mujer que grita
Soy la mujer que vomita
Soy una mujer asquerosa pero sé luchar contra la muerte y contra las yerbas que crían el veneno
Soy una mujer que da la vida
Soy una mujer que ya no pare
Soy una mujer que flota sobre las aguas
Soy una mujer que vuela por los aires
Soy una mujer del aire
Soy una mujer que bebe el humo
Soy una mujer que bebe la sangre de los corderos
Soy una mujer que bege la sangre de los muertos
Soy una mujer que bebe la sangre del león
Soy una mujer que bebe la sangre de los niños
Soy una mujer que bebe la sangre de los mozos
Soy una mujer que bebe el humo
Soy una mujer que bebe el humo
Soy una mujer que bebe el humo
Soy una mujer de luz
Soy una mujer que anda sola
Soy una mujer que anda sola
Sou una mujer derribada
Soy una mujer pura
Soy una mujer hambirenta y sedienta
Soy una mujer sin memoria
Soy una mujer de trapo
Soy una mujer que no miente
Soy una mujer que tampoco miente
Soy una mujer metida en un baúl estrecho
Soy una mujer que come flores
Soy una mujer que come peces vivos y saltamontes
Soy una mujer capaz de pasar hambres
Soy una mujer que pasa hambres
Soy una mujer que pasa muchas hambres
Soy una mujer que no recuerda haber comido jamás
Soy una mujer a lq ue cocieron en chocolate
Soy una mujer calva
Soy una mujer a la que dejaron calva rociándole la cabeza con chocolate
Soy una mujer sin lengua
Soy una mujer de palo
Soy una mujer con ojos que ni miran ni brillan
Soy una mujer que ve en la tiniebla
Soy una mujer que palpa la gota de rocio posada sobre la yerba
Soy una mujer a la que asesinó el marido hace ya muchos años
Soy una mujer que murió en la cárcel porqué fue acusada de haber asesinado a su marido
Soy una mujer que efectivamente asesinó a su marido
Soy una mujer valerosa y que no tiembla
Soy una mujer que duerme sola
Soy una mujer de arena
Soy una mujer que vela eternamente
Soy una mujer que tiene un agujero en la garganta
Soy una mujer que mastica lacre ardiendo
Soy una mujer de carne ruin
Soy una mujer que tiene molleja de gallina
Soy una mujer de plumas de gallina
Soy una mujer hecha de polvo y vino aguado
Soy una mujer que sueña mientras la atropella el hombre
Soy una mujer que siempre vuelve a ser atropellada
Soy una mujer que no tiene fuerza para levantar una aguja
Soy una mujer condenada a muerte
Soy una mujer de inclinaciones sencillas
Soy una mujer que cría viboras y gorriones en el escote
Soy una mujer que cría salamandras y helechos en el sobaco
Soy una mujer que cria musgo en el pecho y en el vientre
Soy una mujer a la que nadie besó jamas con entusiasmo
Soy una mujer que esconde pistolas y rifles en las arrugas de la nuca  
Soy una mujer que no tiene dientes
Soy una mujer con dos filas de dientes
Soy una mujer con tres filas de dientes
Soy tina mujer a la que nacen dientes en el paladar
Soy una mujer que come tierra
Soy una mujer que se cura las llagas con tierra
Soy una mujer que no salta con alegría por encima de los tejados
Soy una mujer sin pezones
Soy una mujer con seis tetas como las perras
Soy una mujer a la que enterraron viva
Soy una mujer que gozó al ser enterrada viva
Soy una mujer que bebe el semen del padre en la flor de la mandrágora
Soy una mujer que fuma yerbas aromáticas en una pipa hecha de vértebras de martir desangrado
Soy una mujer casi ciega
Soy una mujer casi sorda
Soy una mujer casi muda y paralítica
Soy una mujer que ronda los urinarios y los desmontes
Soy una mujer a la que canta el vientre
Soy una mujer que ignora el pecado
Soy una mujer que se desnuda y se viste con libertad
Soy una mujer que ríe sin motivo
Soy una mujer fiel
Soy una mujer respetuosa
Soy una mujer indecente
Soy una mujer que cría ranas y culebras de agua en el lavabo
Soy una mujer envuelta en un sudario de colores
Soy una mujer con las uñas quebradizas
Soy una mujer que se está quedando sin uñas
Soy una mujer que ya ni recuerda cuando perdió las uñas
Soy una mujer que no sabe solfeo
Soy una mujer que alimenta pulgas por caridad
Soy una mujer de aliento fétido
Soy una mujer gorda y poco sana
Soy una mujer a la que cosieron el sexo y el ano
Soy una mujer a la que nadie mira de frente
Soy una mujer que se cobija donde puede, por ejemplo bajo los puentes o en la cama de los leprosos
Soy una mujer que ama el fuego
Soy una mujer que lleva el fuego de un lado para otro
Soy una mujer incapaz de escupir fuego

Eco

Mi deseo es ser ahorcada de una rama de higuera
Mi deseo es ser ahorcada de la rama más alta de una higuera
Mi deseo es ser ahorcada de la rama más alta de la más alta higuera

TERCERA  MELOPEA

Coro

Las viejecitas impedidas quieren ahorcar a María Sabina
Las viejecitas impedidas quieren ver el gesto que pone el verdugo mientras abraza por el aire a María Sabina
Las viejecitas impedidas no podrán colgarse de los pies de María Sabina
Las viejecitas impedidas quieren oler el último sudor de María Sabina

Maria Sabina

Oye luna
Oye mujer cruz del sur
Oye mujer estrella de los navegantes
Oye cirio del muerto
Oye coneja recién parida
Oye el sol y las nubes
Oye mujer herida de muerte
Oye mujer sin alma
Oye mujer sin cuerpo
Oye mujer sin amor
Oye mujer
Oye caracol de la fuente
Oye mosca del verano
Oye lucero de la mañana
Oye gorgojo de los ataúdes
Oye Andromaca
Oye agua de la lluvia
Oye día luminoso
Oye negra boca del perro
Oye viuda salaz y reconfortada
Oye viuda salaz y hermosa
Oye María Estuardo
Oye hospiciano de los latigazos
Oye Juana de Arco
Oye San Andres en la cruz
Oye hospiciano de los latigazos
Oye Mesalina
Oye hospiciano de los latigazos
Oye flor de la marijuana
Oye ojo pisado por las bestias mansas
Oye sacristán que roba el aceite
Oye descolorida ánima del purgatorio
Oye lechuza solitaria
Oye Nicanor

Coro de putas

Prestad oídos a la confesión de la que va a morir
Prestad oídos pero no os dejéis apiadar por la súplica
Prestad oídos con desinterés por las palabras

María Sabina

Declaro que soy el rey Nerón en la hoguera
Declaro que soy el mártir San Sebastián clavado de flechas
Declaro que soy la rosa de Alejandría
Declaro que soy la mujer que yace con el demonio
Declaro que soy la oruga de la manzana del Paraíso
Declaro que soy Adán y Eva
Declaro que soy la gaviota pescadora
Declaro que soy el pez por donde mean los niños menores de siete años
Declaro que puedo hacer andar a los paralíticos
Declaro que soy culpable de los tres pecados
Declaro que no tengo amistad con los poderosos
Declaro que deseo la muerte del rey David
Declaro que deseo la muerte del profeta Ezequiel
Declaro que no deseo la muerte de los profetas Isaías y Jeremías
Declaro que no siento los brazos ni las piernas
Declaro que soy una muerta que canta
Declaro que tengo el alma picada de viruela
Declaro que conozco la ciencia de levantar columnas con lágrimas y saliva
Declaro que camino sobre serpientes
Declaro que sé preparar elixires de vida y pócimas de muerte
Declaro que me nacen relámpagos del cabello
Declaro que puedo sacar agua de las piedras
Declaro que puedo daros muerte a todos y que estoy al pie de la horca porque ese es mi deseo
Declaro que amo la guerra y el cólera que diezma las poblaciones
Declaro que no doy cabida en mi corazón a arrepentimiento
Declaro que si pido clemencia es para escarnecer vuestro corazón
Declaro que nada más que para escarnecer vuestro corazón
Declaro que sé la regla de tres
Declaro que soy amante de Belcebú
(*)
Declaro que acostada con Belcebú pasé noches muy felices
Declaro que fui siempre fiel a Belcebú
Declaro que jamás lo engañé con hombres ni con demonio o ángeles o meros pensamientos
Declaro que no creo en vuestra justicia ni en vuestra injusticia
Declaro que soy culpable ante la ley que os rige
Declaro que desprecio vuestra ley
Declaro que escupo vuestra ley
Declaro que siento compasión por vosotros y por vuestra ley

Coro

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Prepara la sentencia alguacil!
¡Prepara la fosa verdugo!
¡Prepara la piedra niño!
No prepares la fosa sepulturero deja que a María Sabina la devoren los pájaros y la seque el viento
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

María Sabina

Oye reloj del almacén
Oye rata del sumidero
Oye sencillísima alondra del sembrado
Oye Héctor de Troya
Oye libro de los Designios
Oye volcán sin vida
Oye león de la selva
Oye león de Judea
Oye león paralítico
Oye joven que se deshace en llanto
Oye fría tortuga traidora
Oye amapola y lirio
Oye flor de lís y flor de loto
Oye el primer vientre del buey
Oye el segundo vientre del buey
Oye el tercer vientre del buey
Oye el cuarto vientre del buey
Oye oxidado molinillo de café al que tantas y tantas veces hice gemir de bochorno
Oye mocita que hoy no quieres mirarme a los ojos
Oye zángano
Oye ramera mimosa que te dejas chupar la sangre por el zángano
Oye virgen que te miras al espejo con saña
Oye tú también verdugo de suaves maneras
Oye jugador de dados
Oye bebedor de cerveza
Oye violador de cadáveres, confidente de cadáveres, compadre de los cadáveres
Oye tañedor de ocarina que pecas con las cabras solteras
Oye mariposa clavada con un alfiler
Oye miserable atesorador de botellas vacías
Oye Martín pescador que vuelas sobre la mar embravecida
Oya San Joaquín y también Santa Ana
Oye fraile capuchino
Oye aurora boreal
Oye arco iris de sólo cinco colores

Eco

Me río de vuestra impaciencia
Me río porque sé que os voy a defraudar con mi pirueta
Me río de que no sepáis aprovechar mejor las ocasiones

QUINTA MELOPEA

Coro de vírgenes

Pedimos que el verdugo ahorque a María Sabina
Pedimos que se reparta su carne para cocerla en nuestros pucheros
Pedimos que la guardia ahuyente al cuervo y al gusano
Pedimos un poco de sangre reconfortadora

Maria Sabina

El corazón de Cristo
El corazón de la Madre de Cristo
soy conocida en el cielo
Dios me conoce
Soy una mujer limpia
El pájaro me limpia
El libro me limpia
El agua me limpia
El aire me limpia
La flor me limpia
Soy conocida en el cielo,
Dios me conoce
El corazón de Cristo
El corazón de la Madre de Cristo

Los dos coros

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Lee ya la sentencia alguacil!
¡Disponte a columpiarte en el aire verdugo!
¡Lávate bien la boca con agua de rosas niño!
No prepares la fosa sepulturero y ahuyenta los pájaros y los gusanos que la carne de María Sabina es de los hombres
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

María Sabina

El corazón de Nuestro Señor Jesucristo
El corazón de su Santísima Madre
Me conocen los santos del cielo y los ángeles
Dios me conoce
Soy una mujer sin sangre
El pájaro me roba la sangre
El libro abierto me roba la sangre
El agua me roba la sangre
El aire me roba la sangre
La flor me roba. la sangre
Me conocen los santos del cielo y los ángeles
Dios me conoce
El corazón de la Santísima Madre de Cristo
El corazón de Nuestro Señor Jesucristo

Coro de putas

Prestad oídos a la súplica de la que va a morir
Sed clementes con el dolor de la que va a morir
Cerrad los ojos mientras pronuncia sus últimas palabras la que va a morir

María Sabina

Sabéis que amo el fuego
Sabéis que llevo el fuego de un lado para otro
Sabéis que escupo fuego si quiero hacerlo
Sabéis que me pasé la vida durmiendo en cama ajena y sucia
Sabéis que os falta valor para mirarme a. los ojos
Sabéis que tengo el cuerpo lleno de ojales sexuales
Sabéis que la lujuria me engordó y me restó salud
Sabéis que me huele a muerto el aliento
Sabéis que crié las pulgas que trasmiten las enfermedades
Sabéis que no sé cantar melodiosamente
Sabéis que tengo las uñas como garras de águila
Sabéis que me nacen uñas en los párpados
Sabéis que tengo mil uñas desde hace mucho tiempo
Sabéis que mi sudario es de color azul con lunares rojos y blancos
Sabéis que me alimento de ranas y culebras
Sabéis que siempre fui decente a mí manera
Sabéis que siempre fui respetuosa a mi manera
Sabéis que siempre fui fiel a mi manera
Sabéis que lloro
Sabéis que soy la libertad
Sabéis que soy pecadora
Sabéis que tengo sonoro el vientre
Sabéis que rondo los urinarios y los vertederos
Sabéis que soy gimnástica
Sabéis que tengo oído de tísico
Sabéis que tengo vista de lince
Sabéis que bebo jarabes fermentados en las calaveras de los mártires
Sabéis que fumo el. seco semen del padre envuelto en pétalos de camelia
Sabéis que no seré enterrada viva
Sabéis que gozaría si me enterrasen viva
Sabéis que no tengo más que dos tetas como todas las mujeres
Sabéis que cada teta me termina en un pezón
Sabéis que vuelo por los aires cuando quiero
Sabéis que me sobra saliva
Sabéis que me curo las llagas con saliva
Sabéis que todavía me quedan dientes
Sabéis que todavía me quedan dos filas de dientes
Sabéis que todavía me quedan tres filas de dientes
Sabéis que ya no tengo dientes en el paladar
Sabéis que tengo la nuca afeitada para que mejor se deslice la soga de la horca
Sabéis que fui besada con frenesí
Sabéis que tengo el pecho y el. vientre cubiertos de musgo
Sabéis que en los helechos que e nacen en el sobaco vive la salamandra
Sabéis que las víboras fueron devoradas por los hambrientos gorriones que cobijo en el escote
Sabéis que amo la tradición
Sabéis que me van a matar yo también lo sé y no albergo la menor esperanza de salvar la vida
Sabéis que tengo unas fuerzas hercúleas
Sabéis que siempre atropellé al hombre en sueños y a plena conciencia es lo mismo
Sabéis que siempre que pude volví a atropellarlo
Sabéis que estoy hecha de carne y hueso
Sabéis que no tengo entraña de ave de corral
Sabéis que tengo la carne recubierta de escamas como el pez
Sabéis que estoy hecha de carne que ha de resucitar
Sabéis que puedo comer fuego
Sabéis que tengo un agujero en la frente
Sabéis que velo al acecho del hombre
Sabéis que la lluvia puede deshacerme
Sabéis que jamás dormí sola
Sabéis que soy valerosa en cualquier trance
Sabéis que mi marido se suicidó con un hacha
Sabéis que perdí la vida en la cárcel porque fui acusada de haber asesinado a mi marido
Sabéis de sobras que asesiné a mi marido con un hacha
Sabéis que bebo la gota de rocío posada sobre la flor
Sabéis que veo en la tiniebla
Sabéis que tengo el cuerpo hecho de leña
Sabéis que el mirar me brilla como la luciérnaga en la noche
Sabéis que sé hablar todas las lenguas
Sabéis que tuve una mata de pelo que me llegaba a la cintura
Sabéis que me dejaron calva rociándome la cabeza con chocolate
Sabéis que fui cocida en chocolate
Sabéis que paso hambres
Sabéis que paso muchas hambres
Sabéis que no me importa pasar hambres
Sabéis que perdí el recuerdo de haber comido
Sabéis que como gatos y ratas
Sabéis que como raíces
Sabéis que soy una mujer encerrada en un ataúd
Sabéis que soy, una mujer que no dice la verdad
Sabéis que soy una mujer que tampoco dice la verdad
Sabéis que soy la máscara de una mujer
Sabéis que sov una mujer que todo lo recuerda
Sabéis que soy una mujer hambrienta pero no sedienta
Sabéis que soy una mujer que quemó el pecado
Sabéis que soy una mujer a la que todavía no habéis derribado
Sabéis que soy una mujer seguida de su sombra
Sabéis que soy una mujer seguida de su sombra
Sabéis que soy una mujer como un f arol encendido
Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo
Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo
Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo
Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre de los niños
Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre del cordero
Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre de los mozos
Sabéis que soy una mujer que se lava la cara con la sangre de los muertos
Sabéis que soy una mujer que se da baños de asiento con la sangre del león
Sabéis que soy una mujer que se convierte en humo
Sabéis que soy una mujer que tiene el corazón de aire
Sabéis que soy una mujer que vuela como el vilano
Sabéis que soy una mujer que flota igual que el corcho
Sabéis que soy una mujer que aún puede parir
Sabéis que soy una mujer a la que vais a quitar la vida
Sabéis que soy una mujer no más viciosa que las otras mujeres
Sabéis que soy una mujer entera y que no llora
Sabéis que soy una mujer que os escupe a la cara
Sabéis que soy una mujer que mea con ruidoso entusiasmo
Sabéis que soy una mujer que alimenta ancianos con su leche
Sabéis que soy una mujer que canta y toca la campana
Sabéis que soy una mujer que canta y toca el violín
Sabéis que soy una mujer que vomita de asco sobre vuestras cabezas

Los dos coros

Disparad cohetes para que su estruendo no permita oír las palabras de María Sabina v
Pegad a vuestros hijos para que su llanto no permita oír las palabras de María Sabina
Convocad la tempestad para que su quejido no permita oír las palabras de María Sabina

María Sabina

El corazón de Nuestro Señor Jesucristo
El corazón de su Santísima Madre
Me conocen los santos del cielo y los ángeles
Dios me conoce
Soy una mujer sin sangre
El pájaro me roba la sangre
El libro abierto me roba la sangre
El agua me roba la sangre
El aire me roba la sangre
La flor me roba la sangre
Me conocen los santos del cielo y los ángeles
Dios me conoce
El corazón de la Santísima Madre de Cristo
El corazón de Nuestro Señor Jesucristo

Los dos coros

¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Atended a la lectura de la sentencia por el alguacil!
¡No perdáis detalle del esmerado oficio del verdugo!
¡Levantad a los niños sobre vuestras cabezas para que recuerden este instante durante toda la vida!
¡Emborrachad al sepulturero y rompedle en mil pedazos el azadón!

¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
¡Ay! Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

María Sabina

El corazón de Cristo
El corazón de la Madre de Cristo
Soy conocida en el cielo
Dios me conoce
Soy una mujer limpia
El pájaro me limpia
El libro me limpia
El agua me limpia
El aire me limpia
La flor me limpia
Soy conocida en el cielo
Dios me conoce
El corazón de Cristo
El corazón de la Madre de Cristo

Coro

¡Desatad al verdugo!
¡Dad al verdugo un vaso de aguardiente!
¡Guardad un respetuoso silencio cuando el verdugo cierre los ojos!
¡Viva el verdugo!

Alguacil

Ahí la tenéis verdugo
Matadla ya
Nadie os ha de pedir cuentas de vuestra acción

Verdugo

Perdonadme María Sabina
Es sólo un momento
Una, dos, tres

Coro

María Sabina ... María Sabina ... María Sabina...

 

Palmad e Mallorca, octubre de 1965

 

      (*) Sin ser rigurosos, mencionar que Belcebú era uno de los sobrenombres que se dio a la divinidad babilónica Baal o Marduk, que acabó por ser identificada, en la Biblia y tras el éxodo de Babilonia, con el el antagonista de dios. Estudios hióricos relacionan el culto a esta divinidad con el consumo de hongos enteogénicos.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 
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